domingo, 5 de julio de 2020

Viajando con mamá…


Un viaje madre e hija, ¿lo has pensado alguna vez?... Puede ser la solución perfecta para recuperar el tiempo perdido, para conocerla en otras facetas…
Disfrutar un tiempo de calidad viajando junto a la persona que te trajo a la vida, es una experiencia maravillosa, vivirás momentos muy grandiosos, que harán que la relación se fortalezca sobre todo esa parte de amistad que también tienes con ella.

Hasta hace un tiempo, no me había percatado que entre otras tantas cualidades que heredé de mi madre (además de lo hermosa jajajajaa), es el gusto por viajar. Al parecer  conocer y empaparse de otras culturas lo llevo en la sangre. No puedo negar que ambas sufrimos en los vuelos, pero la pasión por viajar es más fuerte que el miedo.


El primer viaje que realicé fuera de Chile fue a Estados Unidos. Ella, mis hermanos y una tía (una de las más choras que he tenido en la vida, la llamabamos “Porito”). Todo lo exageraba, se destacaba por su elegancia, sus palabras siúticas como “el paletó” (el abrigo). Recuerdo tan bien cuando decía “Niiiña estoy tan flaca que se me caen los aros” (esos que eran estilo clip) o “Mañiiiita, esta pieza huele a pasión” (cuando entraba a la pieza de mis padres). Yo en ese entonces tenía cuatro años.


De ahí en adelante, todos los años viajábamos a algún lugar. En ese tiempo no era mucha la gente que viajaba, así que éramos la novedad en el colegio. Mi madre tiene la convicción de que un viaje es una inversión y no un gasto. Dice que viajar te da mundo y un bagaje cultural que aunque leas mil libros, no lo podrías adquirir..

Pero la primera vez que viaje sola con mi madre fue a Lima. ¿El Motivo?... había terminado una larga relación amorosa, de esas que sientes que te vas a morir cuando se acaba.  Mi padre no sabía como ayudar ni que decir, así que se le ocurrió la idea de regalarme un viaje a Lima con mi Madre. La idea era despejar un poco la mente, digerir y comenzar a olvidar. Como el pagaba, fuimos al Barrio de Miraflores, uno de los más lindos de Lima. El hotel era estilo antiguo pero muy lindo y acogedor.


Debo reconocer que en un principio cuando supe la noticia, no fue como un “uy que entrete”, pero debo admitir que me mordí la lengüa y con creces. Fue un viaje muy entretenido, estuvimos en los casinos de Lima hasta las 3 am (Cuando entramos, no me querían dejar entrar, no creían que tenía 22 años, por un momento me sentí teeneger). En los casinos te sirven picoteo, bebidas, tragos, cigarrillos, cena, en un principio pensamos que se pagaba, luego nos percatamos que era cortesía por estar jugando, así que como típico Chileno, comimos, tomamos y fumamos jugando tan sólo 20 doláres jajajaaja. A mí me pareció muy peculiar.


Aplanamos las calles en un barrio que se llama "Gamarra". Es un espacio abierto lleno de tiendas, estilo patronato (lugar en Stgo donde se compra ropa), pero yo diría que unas diez veces más grande. Yo lo encontraba atroz, sentía miedo de estar ahí, mi mamá andaba en su salsa, pero sabía que estando con mamá nada malo me podía suceder. Fuimos a la calle de la bisutería. Ahí salimos como con 5 kilos entre aros, pulseras, cadenas para vender, y yo con cartones de cigarrillos que en ese tiempo costaban $5.000 (hace unos trece años atrás). También recorrimos los famosos “Polvos Azules”. Es una especie de galpón donde encuentras una infinidad de ropa falsificada, o replicas como ellos le dicen. En Perú la falsificación de productos es totalmente legal. Además de ropa también venden películas pirateadas, salimos con 40 cada una, es más, desde esa vez que tengo una colección de películas.


La plancha más grande que pasé en ese viaje, fue en un famosísimo mall en Lima, el “Larcomar”. Justo al descender las escaleras chocamos con una pareja, automáticamente nos miramos y sabíamos quien era… Mario Vargas Llosa, el premio nobel de literatura. A mi mamá se le ocurre la brillante y vergonzosa idea y le dijo: “¿le puedo tomar la mano?”… ay no!! Trágame tierra!! Jajajajajaajjaj. Por supuesto que mi mamá no paró de darle besos a su propia mano todo el camino al hotel y no paraba de decir lo estupendo que le pareció. En lo que a mi respecta, lo encontré un plomo, un engreído total.  Cada vez que nos acordamos de ese momento la molesto, pero pensándolo bien, no todos los días ves un premio nobel caminando por la calle.


En este primer viaje saque varias enseñanzas:
1- Mi mamá está hecha con pilas duracell, yo con durabell, podía caminar toooooodo el día, y a veces no compraba nada!! Yo la quería matar!!.  
2- Su cabeza está programada para tomar un buen desayuno y no comer más en todo el día o a lo más, un snack con un café que saca del desayuno (por eso siempre compra hoteles con desayuno buffet incluído jajajaajj)...  AJÁ! pero en la noche no faltaba el famoso pisco sour en un lugar llamado “el callejón de las pizzas”. 
3- Que tengo una paciencia TRE MEN DA (así como me imagino la tiene contigo) porque vitrineamos y SI EM PRE dice “mira ven , que lindo esto”, y uno ahí va para complacerla sabiendo que sólo lo toma para verlo, porque al parecer los ojos los tiene en la mano, y ahí lo vuelve a dejar jajaajajaj, es típico de ella. 
4- Aprendí que puedes viajar con lo justo: de hecho ella viaja con dos tenidas hasta casi para dos meses!!!!!!!, yo acostumbrada a viajar con una tenida por cada día de la semana, pero no es nada terrible, además tienes mucho más espacio para traer cosas de vueltas. 
5- Al principio, me irritaba que sacara 150 fotos en cada lugar que visitábamos. Luego, me di cuenta de que era su forma de disfrutar: registrarlo todo con la cámara. Mi madre es una coleccionista, y así coleccionaba momentos, ideas, cosas que le gustaban mucho. 
6- Mi mamá es más sociable que yo... A la primera persona que se le cruza por delante la agarraba y le metía conversa de una. Regresaba sabiendo desde el nombre hasta que plato es el favorito… realmente es un loro en dos pies..


Pero sobre todas las cosas, creo que fue una de las primeras veces que hablé de mi vida amorosa con mi madre, que estando en Chile, tal vez no me hubiese atrevido a hablar. Sentí que desde ese viaje en adelante, podía acercarme más a mi madre pero como amiga, porque la tarea como madre ya estaba hecha, según yo, estupendamente.

En otra ocasión viajamos a Bayahíbe, República Dominicana. Una semana en un Resort con todo incluído. Llegamos al aeropuerto y nos asamos… Era fines de julio, salímos de Chile muertas de frío y llegamos a ese calor sofocante que hace que se te pegue la ropa al cuerpo. Lo que jamás pensamos, era que desde el aeropuerto a ese balneario eran tres horas de viaje!!!!! nos queríamos morir, no sé si fue más terrible el calor, las ganas de hacer pís o lo incómodo del carro, pero llegamos sin ningún problema.


Llegamos al hotel a eso de las 5pm, de fondo se escuchaba reggeaton!! Yo en mi salsa, allá la gente es muy alegre y gozadora. Hicimos el check in (casi me morí cuando supe que no había wi- fi, después ni lo extrañé), nos instalamos y bajamos con ropa más cómoda a unos de los bares del hotel. Ahí estuvimos tomando echaditas para atrás y luego al buffet. Era buenisímo, de hecho salimos rodando del restaurant y aterrizamos en la playa (que estaba ahí mismo). Se nos ocurrió meternos al mar en ropa interior jajajaajja, como no nos conocía nadie... recuerdo tan bien a mi mamá en el mar acostada diciendo la frase de Baloo del libro de la selva, “compadre, esto sí que es vida”.


Lo terrible fue para irnos a la pieza. No sé de donde sacamos “perso” y partimos muy en calzones a la pieza, eso claro se podía hacer antes cuando no había tanta tecnología, sino seguro aparecemos en un meme por ahí.

Al según día fuimos a recorrer los campos de caña de azúcar. Manejamos buggy y moto de 4 ruedas. En el camino pasábamos por pueblitos con niñitos estirando la mano para ver si los turistas le daban algo, me quedó grabada esa imagen.

El  día siguiente fue puro descanso entre piscina y playa. Mi mamá me levantaba las 7 am para desayunar temprano y así a las 10 am ya estar en el bar de la piscina jajjajjjaja. Llevábamos libros y revistas para leer mientras nos bronceábamos, pero mi mamá no podía estar más de un minuto sin hablar, era imposible concentrarse. Ahí quedó con el apodo de “la radio”. Yo le decía “¿dónde se apaga o se le baja el volumen?” jajajajajaj, me decía "ya no te hablo más", igual no duraba más de dos minutos sin hablar.


Al cuarto día, hicimos un city tour por Santo Domingo, la capital de República Dominicana. El calor húmedo era desesperante, no parabas de sudar, espantoso. Descansamos un momento en la plaza y con la mala suerte que tengo, justo me caga una paloma en la cabeza!! Me salía humo por las orejas de la rabia, y mi mamá no se le ocurre nada mejor que decir “Significa buena suerte”, ahora me río pero en su momento la quería matar!!.

Otro día hicimos la excursión a la Isla Saona. Estuvimos en la hora peak de Sol, no quedé roja quedé morada!! Mi mamá decía “este sol quema bonito y como estamos más cerca de la línea del Ecuador no es tan fuerte”. Craso error!! Llegamos al hotel y yo no podía moverme. Retrocedí veinte años porque mi mamá me tuvo que duchar y acostar. Me sentía horrible, pero sabía que ahí estaría mi madre para ayudarme y eso me hacía sentir segura.


El último día, por supuesto que aprovechamos la playa, la piscina y el bar. En la tarde partimos a caminar por los alrededores del hotel, no había mucho que ver porque era zona de resort. Nos encontramos con muchas peluquerías que hacían uñas, así que nos entusiasmamos y nos hicimos uñas acrílicas. Nos quedaron hermosas, pero después para removerlas ouch que dolor!!.


Desde que viajamos juntas, sé de dónde saqué todo lo aventurera que hay en mí, más allá de los chistes, mi actitud curiosa y aventurera, la aprendí y heredé directamente de mi madre. Y es maravilloso haber identificado eso, porque ahora estoy segura que en cada un de mis aventuras, ella vine en mí.

Hemos hecho más viajes juntas, pero estos fueron los primeros y de más aprendizaje. Sé que lo vivido en Perú, República Dominicana y en otros tantos países con mi mamá, quedará en mi memoria por siempre. No hay nada más valioso que poder compartir una aventura con tu compañera de vida, tu mamá. La pasamos increíble... definitivamente, viajar con ella es una experiencia única, sin dudar lo volvería a repetir… juntas somos un tremendo equipo!!

Si antes estuvimos 9 meses juntas en un gran viaje hasta mi nacimiento ¿Por qué no en un estupendo viaje por el mundo?...


6 comentarios:

  1. Que entretenido! Espero la próxima historia!😊

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    1. Hola!! me alegro mucho que te entretengas con mis historias, me impulsa aún más a seguir.
      un abrazo grande
      Gobo

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    2. Querida Camilita. Que entretenido como cuentas tus viajes con tu Mamy. Es muy genial viajar con ella. Y es tal cual como tú la describes. A mí me encantar viajar con tu Mamá. Ojalá puedas hacer otros viajes con tu Mamita. Y nos cuentes tu historia de viaje. Camilita esperaré la próxima historia. Lindp como escribes. Maravilloso!!!!!!!!. Cariños y besitos

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    3. Mil gracias!!
      cariño
      Gobo

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    4. Hola Cami me rei mucho con tus historias.... muy entretenidas, sigue adelante. la escritura es una gran forma de expresion artistica y liberación. saludos

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    5. Muchas gracias Clarita!! Espero sigas disfrutando con mis escritos, mañana publico el siguiente. Una abrazo grande

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