Mientras
escucho la canción de Alexander Pires, “En el silencio negro de la noche” una
lágrima cae por mi mejilla…
Tarde
o temprano, la chica que ha vivido toda su vida vestida con una armadura, se
desnuda. Su cuerpo y corazón sienten el dolor de todos los golpes que su
armadura ha recibido.
Te
quise… ¿Sabes cómo lo sé?… porque ese día que decidiste alejarte de mí, até mi
garganta, sellé mis ojos e hice mi mayor esfuerzo para que no notaras lo triste
que estaba en ese momento… quise cargar con tu angustia y preferí decirte que
todo estaba bien, abrazarte, acariciarte, incluso intentar sacarte una sonrisa.
Sentirte aliviado para mí en ese momento era el mejor regalo que me podías dar.
Esa
noche y como siempre lo hacía, y que a ti te causaba mucha curiosidad, te
acaricié tanto, dibujaba mapas por todo tu rostro, me mirabas de reojo y te
sonreías, no podías entender como no me aburría. Yo sentía que cada caricia que
te hacía curaba tus heridas, caricias que no solías recibir y que al principio
fuiste bastante reacio, después ya te entregaste y te convertiste en mi
peluche.
No
quería que el tiempo pasara, sabía que inevitablemente se acercaba la despedida
y vaya que triste son esas despedidas cuando sabes que son para siempre… te
abracé para impregnarme de tu olor y grabarme cada rincón de tu cuerpo, el que
para mí era perfecto, el que me encantaba pellizcar y tú tanto te molestabas.
Recuerdo
despertar a media noche y preguntarme ¿“esto es real? ¿es una pesadilla?”... Y así la
tristeza me invadía. Quería estar sola y llorar; pero también quería aprovechar
las últimas horas que tenía a tu lado.
Esa eterna noche, recordé cada palabra de aquella conversación, y se me vino a
la mente cuando me preguntaste porque quería estar contigo, me sentí tan
nerviosa que no tuve más palabras para decirte: -porque te quiero y me siento
libre cuando estoy contigo-. Pero luego me
acordé de la frase “No es lo que siento por ti, es lo que no siento por nadie
más”… y claro, como no, si contigo sentí que nada me iba a pasar. Que si algo
necesitaba tú estarías ahí para resolverlo. Que para ti no existían imposibles.
Por primera vez sentí que alguien me cuidaba, que se preocupaba de mi salud
física y mental. Que hacía sacrificios sólo por verme sonreír. Sentí que al fin
había encontrado lo que tanto tiempo esperé…
Como
amaba llegar a casa y ver todo diferente a como lo dejaba… era un desorden
maravilloso… era vida en mi hogar… así lo veía… prefería mil veces tener
cargadores sobre la mesa, cojines desordenados, loza sucia adornando la cocina,
pero llegar, ver tu auto junto al mío, que la cerradura no tuviese doble vuelta,
entrar y verte… era una felicidad tremenda… ver como disfrutabas cada cosa que
compraba para que mi casa fuese el lugar donde siempre quisieras estar y el que
extrañaras cada vez que estuvieras lejos.
Tal
vez tú no te admiras, pero yo lo hago intensamente… lo hago porque eres igual
que yo, hemos caminado por los mismos senderos, hemos pasado infinitas
dificultados y yo me admiro a mí misma. Creo que tú madre y tu padre no
pudieron haber creado un ser tan perfecto e imperfecto a la vez, tan amoroso
pero tan chúcaro a la vez.
Quería
defenderte de todo, incluso de algo tan insignificante como los zancudos… te
veía dormir junto a mí tan deliciosamente que sentía la necesidad de cuidar tu
sueño. Quería cuidarte del frío; incluso compré una estufa para que no lo padecieras. Quería que compartieras tus angustias, tus demonios conmigo, no quería
que nada ni nadie te lastimara. Yo sentía que así como tú eras mi salvador, yo
podía ser la tuya. Que podíamos ser un tremendo equipo… tú sacabas el jugo de
naranja... yo preparaba los café… tú decías upa… yo decía chalupa…
Y
si me preguntas, si hubiese estado dispuesta a recibir más balas por ti, por salvarte a
ti… definitivamente lo hubiese hecho una y mil veces… pese a todo y si tuviera
que escoger, no me arrepiento de haber entrado en un torbellino como lo hice,
ese exquisito torbellino de ojos color miel…
“La importancia en una relación no radica en la cantidad de tiempo que se conocen, sino en el tiempo que deseas seguir conociendo a la otra persona” -Brenda Ramírez-
“Querer implica tener la valentía de abrazar el caos de alguien" -Cristian Meléndez-
Hermoso… así es el amor 🧡
ResponderEliminar