…Sin soltar sus manos, Clara y Gus corren tan
rápido que logran escapar del misterioso hombre de terno negro. Pareciera ser
un espía, un guardia o peor aún, agente del FBI, al menos eso piensa Clara, y
eso la hace sentir aterrorizada. Encontraron entreabierta una pequeña cabaña que
se asemeja a una ruca, sin pensarlo entraron a esperar que dejaran de
buscarlos. El espacio era reducido, era una especie de bodega que albergaba la
indumentaria de los diferentes deportes acuáticos que ofrecía el resort, pero
en esos momentos de desesperación el espacio era el problema menor. Se sentaron
en un rincón. Gus sujeta los hombros de Clara, la mira fijamente a los ojos y seriamente
le dice:
-Ahora sí, ¿Qué está
pasando Clara?, me acabo de sentir como un ladrón escapando. Por favor! dime la
verdad para ayudarte¾ la mira con cara de
angustia y desesperación
-Es que… balbucea
-¿Qué pasa Clara?, ¿Qué puede ser tan terrible?, insiste
-Está bien Gus, está bien… pero no me lo vas creer…
<<Dos día antes<<…
Es
noche clara de luna llena, noche que mes a mes Clara espera con una copa de
vino en el balcón. Camina hacia el bar que está de camino al restaurant italiano, el que reservó para cenar
esta noche. Muere por comer ñoquis en salsa boloñesa. Se sienta en la barra,
aún tiene treinta minutos de espera. Saluda al mozo y le pide una caipiriña. El
calor es sofocante, mi querida Clara sufre con el calor… si fuera por ella
viviría en el polo norte.
Mientras
espera la caipiriña revisa su celular, cuando es interrumpida por Steve, un barman
quién la nota un tanto nerviosa al revisar el teléfono:
-¿Va todo bien Señorita? -preguntó con ánimo de ayudarla. -Me llamo Steve.
-Creo que sí… Bueno, la verdad es que
no estoy segura. Vine escapando del pasado, pero por más que huyo de él,
siempre insiste en pisarme los talones. Por cierto, soy Clara, mucho gusto Steve.- Se
dan la mano
-¿Te pusiste así por lo que viste
en el teléfono? -Preguntó Steve
-Sí, sé que es pésima idea en
estos casos encender el teléfono pero no pude evitarlo- respondió ella
-Mira Clara, no me has contado que
te ha pasado, pero claro está que es una pena de amor. No tengo experiencia en
esto, mi señora es casi mi única mujer en la vida. La conocí a los 17 años en
el negocio de mis padres y desde el primer momento que la ví, supe que sería la
madre de mis hijos y mi compañera de vida
-¿En serio? -preguntó Clara sorprendida
-te prometo!. Cuando quieres de
verdad no hay dudas. Las dudas nacen cuando falta el amor. Como te dije, no
tengo experiencia, pero para mí con mi señora, las claves han sido el respeto,
el compañerismo, querer salir adelante y disfrutar de nuestra familia.
-Qué lindo lo que dices. Pero creo que no todos estamos hechos para lo mismo. Unos estudian, otros viajan, otros se casan, otros tienen hijos, y así… al parecer mi mejor compañera de vida es la “soledad” y los viajes. Te acostumbras a estar sola, te vuelves adicta, no sé si es bueno o algo malo. Algunas personas no podrían vivir solas, yo la verdad lo disfruto. Invitar a quien quiero, hacer lo que quiero, comer lo que quiero, dormir a la hora que quiero. No tienes que rendirle cuentas a nadie… Pero sí, muchas veces al terminar el día, te gustaría refugiarte en un abrazo o compartir tus tristezas y tus alegrías.
-Pero Clara… eres una chica joven, guapa, estás acá, por lo que veo sola, no cualquier chica lo hace, y eso ya te hace especial. Si no te molesta que te lo pregunte…¿Qué pasó?-
-No, no me molesta. La verdad es
que siempre he sido un libro abierto Steve… Nunca tuve la certeza de porque
terminamos, tampoco hice mayores preguntas, más bien acepté y lloré en silencio.
Creo
que la frase “No eres tú soy yo” calza bastante bien en este caso. Me imagino
que la conoces… Él es un chico inteligente, interesante, de buena familia,
hacía todo por hacerme feliz, aunque debo reconocer que, a veces, bastante desubicado
y mal genio. Era incapaz de expresar sentimientos, me hubiese gustado saber que
signifiqué en su vida, si le gusté de verdad o si sólo estuvo conmigo por estar.
-¿En serio? -Preguntó Steve.- Por lo que me cuentas y si yo fuera tu novio, no
podría dejar de decirte lo encantadora que eres y estoy segura que eres una
buena chica, lo puedo ver en tu mirada. Clara se ruborizó, no supo que decir.
-Gracias -consiguió decir. -Al final sentía que éramos amigos más que novios, no
sé...
-¿Se apagó el la llama?…
-No sólo eso. Muchas veces incluso
me pregunté si alguna vez existió de su parte. Respondió Clara
-Bueno Clara, no hay respuestas
correctas en el tema del corazón, las excusas siempre agravan la falta y lo que
se fue de tu vida que no entre nunca más, esa es una de las 4 leyes de la espiritualidad, grábatela a fuego en la
mente.
-¿Cuatro leyes? Pregunta Clara…
-Mira Clara, “Cuando algo termina, termina”. Simplemente
así. No tienes que darle más vueltas. Si algo terminó en nuestras vidas, es
para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante, no
cuestionarte y avanzar. ¿Acaso no te suena?... léelas y verás que sanadoras
pueden llegar a ser, te lo dejo de tarea.
-Muchísimas gracias –dijo Clara,
con un suspiro. Mientras mira la hora en el teléfono. –Steve me tengo que ir,
estoy a diez minutos de la reserva en el restaurant Italiano. Gracias por la
conversación, me dió mucho gusto conocerte. Nos vemos pronto. -le
escribe su número de teléfono en una servilleta.
-No hay de qué –respondió Steve, me
alegro de haber podido ayudarte, y gracias a ti por la confianza.- Clara camina raudamente hacia el restaurant Italiano “Tiramisú”.
Siente
deseos inmensos de fumar, decide detenerse un momento en la zona de fumadores,
Clara detesta fumar caminando o hacerlo en lugares que no está permitido.
Cuando va en la mitad del cigarrillo, se acerca una mujer a pedirle fuego, se
lleva una gran sorpresa…
-Hola, disculpa, ¿podrías
prestarme encendedor?. Clara se voltea y se percata que es una amiga de la
universidad que hace mucho no ve, con la que pasaban unas noches locas como
dice la canción de Enrique Iglesias…
-Es que NO LO PUE NO CRE
ER!!!!!!!.... MARIA PAZ FERNANDEZ CÁCERES (escrito en mayúscula para que se
imaginen la cara de sorpresa de Clarita). No nos vemos hace miles de años y nos
volvemos a encontrar aquí tan lejos galla… La abraza y le dice -Tanto tiempo… ¿Cómo estás?- le pregunta extasiada
-Aaaaaaaaaaaaaa- grita mientras se tapa la boca. -Claaaaara es que no puedo
creerlo!! ¿Qué estás haciendo aquí?!!... - Dejemos en claro que María Paz
es tan histriónica como Clara. -¿Estás sola?- le
pregunta
-No, estoy con mi amigo
imaginario, ¿no lo ves?... jajjajaja. Obvio que sí, y ¿tú?. Le pregunta Clara
-jajajajjajaj tú y tus tallas de
Felo… Yo también estoy sola. Necesitaba espacio y tiempo para mí, la pandemia
me dejó agotada, tanto encierro me pasó la cuenta. ¿Vas camino a comer?. Le
pregunta María Paz
-Sí, voy al restaurant italiano.
¿Quieres acompañarme?. Podemos cenar y luego nos tomamos unas copas para
ponernos al día. María Paz acepta con mucho gusto.
En
el camino se encuentran con una puerta abierta, Clara no puede evitar mirar
hacia adentro, es tan curiosa mi querunina… María Paz la empuja de casualidad y
se encuentran con una sala decorada muy elegantemente que al parecer está lista
para una sesión fotográfica. Clara siempre quiso hacer una sesión fotográfica
así que le pide a María Paz que la acompañe a hacerle check a otro de sus
tantos en su bucket list (listado de cosas que hacer antes de morir). La
habitación está decorada en tonos dorados, muy estilo Palacio de Versalles. En el centro
una lámpara de esas colgantes apoteósica con seis luces. Al fondo un ventanas
de techo a pie con borde de oro. El piso hecho de madera en tonos café claro y
café oscuro. Al fondo un sillón de 5 cuerpos, por parte baja, con unos 10
cojines en tonos amarillos y café. Clara no podía creer tanta elegancia, era como
estar en otro lugar, no concordaba estar en un lugar de playa con esta
habitación. Los lados estaban decorados con pilares también recubiertos de oro.
Tenían cuatro focos para iluminar el set y cuatro cámaras. A un costado una
pequeña sala que decía “Vestuario” y al lado otra decía “maquillaje”.
Se
miran una a la otra con cara de ¿lo hacemos?. A los dos segundos ambas asienten
y caminan hacia la sala de vestuario. Se
dan cuenta que todos los modelos son del diseñador Óscar de la Renta, y cada
una escoge un modelito.
Clara
escogió un vestido largo color verde, su color favorito. Confeccionado con
pliegues, un tajo en la pierna izquierda la que muestra casi por completo, no
está muy orgullosa de eso, siempre ha tenido un tema con sus piernas, le
parecen un poco gorditas, de hecho en la universidad sarcásticamente le decían
“la patita de pollo”. Uno de los hombros es descubierto y en el otro tiene una
especie de rosa. María Paz eligió un vestido strapless negro con moño que se le
dice, es como que fuese un pom pom invertido, se le veía divino con los tonos
de piel y de cabello que tiene.
En ese momento aparece una mujer, ambas
se sienten muy avergonzadas
-Perdón por entrar sin permiso y ponernos estos vestidos, de verdad. Pero soy tan
curiosa y no pude resistirme, es todo culpa mía… dice Clara
-Hola chicas! soy Emiliana, no sé si me conocen de por ahí
-¿De por ahí?. Se miran con cara de interrogación. -Mmmmm la verdad es que no. Perdón, nos sacaremos los vestidos y nos vamos. Estábamos pasando por aquí cuando de pronto vimos este salón y era mi sueño estar en una sesión fotográfica.
-Descuiden…
¿Cómo se llaman?
-Yo soy Clara y ella es María Paz
-Mucho gusto… Se quedan las tres en silencio por unos segundos, algo está sucediendo
en la atmósfera hasta que Emiliana rompe el hielo..
-Me imagino que se dieron cuenta que Clara y yo tenemos un parecido impresionante… dice Emiliana
-Pues Claro, si es más que evidente. Le contesta Clara confundida. Sin poder terminar
aún Emiliana la interrumpe
-sé que
no nos conocemos, pero necesito que hagas algo por mí. Sé que es mucho pedir,
pero aquí saldríamos ganando las dos… ¿Te gustaría hacer un trato conmigo?...
Le pregunta con un gesto picarezco.
-¿Un
trato?, ¿Qué tipo de trato?... le contesta sorprendida
-Tengo dos eventos esta noche y
como no la tecnología aún no está del todo avanzada, que yo sepa no puedo estar
en los dos, y realmente tengo que estar ahí. Tú eres prácticamente igual a mí,
por favor ayúdame…
-Mmmmm y, ¿Qué pasa si me
descubren?, yo ni siquiera conozco a las personas, no sé qué debo hacer…
Emiliana, yo hasta respirar lo hago mal…
-Mmmmm eres divertida, pero
que tan malo puede ser, Clara, te divertirás un montón, no puedes desaprovechar
esta oportunidad, dí que sí por favor, dí que sí. Le pone carita de gatito de
Shrek.
María
Paz interviene: Clara, ¿no me vengas a decir que ahora que te da vergüenza?... Por
favor no me hagas reír... Querida, has hecho cosas peores… recuerda esa vez en
el hotel W, o ¿Acaso quieres que te lo recuerde?... jajajaajjaaj. Clara
responde. -no me lo recuerdes, hasta el día de soy persona no
grata en ese lugar.
<<Ay
Dios por qué me mandas estas pruebas a mí!! ¿Que he hecho yo?!!... y además yo
que soy tan rogada… aunque pensándolo bien, ¿Qué probabilidad tengo de que me
vuelva a ocurrir otra vez lo mismo?...<< piensa mi muchachita.
-Mmmmmm Está bien… pero no te
garantizo nada… si mañana sales en las portadas de los diarios porque te caíste
a la piscina, te tropezaste o bailaste arriba de la mesa, yo ya te lo advertí… ¿Y
ahora qué hago?, ¿A quién veré?, ¿Qué digo?. Le pregunta
-A ver, a ver calma… respira… una
pregunta a la vez. Ahora irás a una fiesta en una limusina. —La Diosa interna
de Clara brincaba como niña chica, mientras la Clara racional se repetía a cada
instante “¿qué hiciste Clara?”.
-¿En una limusina?... pero yo
nunca me he subido a una. Ni siquiera sé por dónde se sube… la única que
conozco es de una funeraria que hay en la ciudad donde vivo…
-Clara escucha, Sólo déjate
llevar… Irás al cumpleaños de un famoso por eso estás vestida así. Estás
perfecta, así que ahora disfruta está noche, será inolvidable… -<<Ahhh
claro para ella es tan fácil decirlo<< piensa Clara. Mientras la acomoda
en una silla para acicalarla. Le aplica labial mientras le dice –Este es un
Ives Saint Laurent, es fantástico!. ¿Lo has probado?. <<Esto debe de ser
una broma… las cosas que me pregunta si con suerte uso maquillaje de la revista
Cy zone<< piensa Clara.
Le
entrega unos tacones del mismo tono del vestido, unos aretes en forma de cinta
confeccionado de diamantes y una bolsa pequeña con forma ovalada, también
confeccionada de diamantes. -No te pondré maquillaje, el bronceado
esconde cualquier imperfección. Y bueno… creo que estás perfecta Clara, ¿Te parece?...
-¿Te parece que estoy bien?... Mi estómago está revuelvo de nervios, espero no tener un pequeño incidente en el auto. No querrás saber los eventos extraordinarios que me pueden llegar a suceder. Y a todo esto, ¿Qué harás tú?...
-Yo quiero disfrutar una noche de fiestas en esta ciudad siendo una persona normal. Tú no tienes idea lo que para ti es tan simple para mí lo es todo. ¿Quedaste más convencida? Le sonríe. Ya Clara, vas tarde. Ve a recepción, ahí estarán esperándote. Suerte Clara!! Eres mi ídola!!, le da un empujoncito.
Camina hacia la recepción junto a María Paz, y
divisa un hombre alto, corpulento con traje tipo men in black quien está
abriendo la puerta del vehículo. Las saluda muy cortésmente.
-Buenas noches Srta. Emiliana, Señorita-
Dirige la mirada hacia María Paz y la saluda-. Pónganse cómodas que tenemos
unos veinte minutos de viaje. El auto está a 21°C como lo solicitó. El
humidificador está funcionando y con su aroma favorita, verbena. El frigobar
está equipado con dieciséis bebestible: Agua Evian, Pepsi Zero, jugo de naranja
light y botellas individuales de espumante. Además en los costados podrá
encontrar dos bandejas, una con una selección de chocolates traídos
directamente desde Bélgica y en la otra bandeja una selección con fruta, sólo
la que usted acostumbra a comer. Por favor, cualquier cosa que necesite
hágamelo saber de inmediato, con mucho gusto la ayudaré. Clara con la boca
abierta sigue sin reaccionar, es demasiado para ella, nunca se había enfrentado
a algo así en su vida, de verdad que sentía que estaba inserta en una película.
--Ehhhhhhh
muchas gracias, muy amable de su parte. Clara ni siquiera sabe que decir, mira
de reojo a María Paz y lo único que quiere es gritar de la emoción. El chofer
cierra la ventanilla que separa los asientos y ahora sí saltan de la felicidad.
Abren un par de botellas de champaña y celebran lo que están viviendo en ese
momento, saben que eso les sucederá una vez en la vida. No se dan ni cuenta
como se toman las seis botellas, Clara no sabe si porque una cosa llevo a la
otra o porque por dentro está muerta de miedo de sólo pensar que la está
esperando en destino.
El
vehículo disminuye la velocidad, el chofer señaliza y gira hacia la derecha. Avanzan
unos cuantos metros y el corazón de Clara se acelera cada vez más. Desesperada
intenta ver por la ventana pero con la oscuridad de éstas es imposible ver. El
auto se desplaza cada vez a menor velocidad, atraviesan un estrecho y largo
puente hasta que llegan a una especie de isla, cuando en ese momento el chofer
les dice ……… “BIENVENIDAS A LA CASA DE JULIO IGLESIAS”!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!………………………. continuará...