sábado, 23 de mayo de 2020

A mi me gustan mayores...



Así como a Becky G en la canción "mayores" dice que le gustan mayores... a mi no me gustan... ME FASCINAN!!... Nada mejor que un cuarentón-cincuentón recorrido que te trate como a una princesa.

Si me hubiesen hecho la misma pregunta hace 15 años atrás, mi respuesta hubiese sido "que asquito". Me los imaginaba con la piel delgadita (producto de la edad), degenereque y fomeques; es más, hubiese dicho que es estar con un papá o un abuelito... que horror!!

Con el tiempo los gustos van cambiando, e hecho está existe una teoría sobre el desarrollo psicosexual de las niñas: el "complejo de Electra". Contextualicemos: Electra era hija de Agameón, quien fue asesinado por el amante de su esposa. Años después del trágico suceso, Electra con ayuda de su hermano idearon un plan vengativo para defender el honor de su padre, matando a su madre y al amante de ésta; esta preferencia por el padre es coloquialmente como "papitis". 
Está estudiado que alrededor de los cuatro años, las niñas suelen tener debilidad y favoritismo por el padre (es una etapa de su desarrollo normal), que debería terminar generalmente en torno a los seis años, cuando las niñas vuelven a mostrar afinidad por la madre. Si esto no ocurre y se toman cartas en el asunto, podría producirse una rivalidad entre la niña y la madre por ganar la atención y el amor del padre.


Desde el punto de vista sentimental, aquellas mujeres que no superaron en su infancia el complejo de Electra, en algunos casos buscarían en su pareja un prototipo ideal asociado con esa imagen de perfección paterna.


Particularmente en mi caso, no tengo claro cual fue el motivo que gatilló este cambio, de pasar a preferir hombres cercanos a mi edad, a sentirme seducida y atraída por hombres ad portas a los cincuenta años. Tal ves por experiencias del pasado, mi estilo más bien avejentado, o que sé yo; lo único que sé, es que me derrito con los hombres mayores...

Por esas vueltas de la vida, retomé el contacto con un cuarentón empresario, dieciséis años mayor que no veía desde mi etapa adolescencia... comenzamos a chatear en súper buena onda, pero claramente uno sabe para donde va la micro... los chat cada vez solían ser en tonos más coquetos e insinuadores,  me recordaba la saga que amo con la vida: "50 sombras de grey", por eso lo llamaba Sr. C. Finalmente, decidimos juntarnos... 
Por un tema de tiempo y distancia, acordamos reunirnos en mi departamento el siguiente miércoles a las 13 hrs, esa bendita semana me pareció eterna... mientras más nos escribíamos mayor era la ansiedad que me producía y a la vez el temor de que algo pudiese arruinar nuestra "cita". Jamás olvidaré la cara de boba que lucía toda esa eterna semana.

No les puedo contar lo nerviosa que estaba aquel día miércoles (lo recuerdo a la perfección), no paraba de tiritar, realmente no me controlaba. No sabía como vestir, si algo más sexy o algo más bien  como una niña traviesa. Después de que me probé todo lo que tenía en el closet, me decidí por un vestido tipo oficina color calipso y unas hawaianas blancas con terraplen. Mientras esperaba que llegara la hora de juntarnos, recorrí el departamento mil veces, inclusive seguía dudando en mi vestimenta ajjaajj.
Minutos antes, me puse a sapear por la ventana cuando veo llegar un auto tipo sub. Se baja un hombre con lentes y con camisa blanca... inmediatamente supe que ERA ÉL!!. En esas milésimas de segundos pensé "en que chucha me metí", pero sabía que no podía echar pie atrás... 
Suena el timbre (de sólo recordar ese momento mi corazón se acelera), abro la puerta, y ahí estaba parado mi querido Sr. C. (así es como lo llamaba) con una caja de chocolates, que claramente no me saldrían gratis jajjajaja. 
Lo invité a pasar (las patitas de pollo me temblaban), cuando quise abrir la bolsa en que venían los  chocolates, entre mis manos tiritonas y sus ojos seductores que no paraban de mirarme, terminé rompiendo la bolsa, no fuí capaz de sacar el sello decentemente. Eso fue el primer indicador de lo nerviosa que estaba. 
Nos sentamos en el living, no sabía como iniciar la conversación y tampoco podía mirarlo a los ojos fijamente, algo que acostumbro hacer en todas las conversaciones que tengo. 
Si hasta ahí iba la balanza inclinada en mi contra, al tomar bebida derramé un poco, en ese momento lo único que pensaba era "trágame tierra". 
Cuando nos dispusimos a salir a almorzar... ¿qué creen?... me pilló de sorpresa y me plantó un beso delicioso!!. Minutos después, sentía que lo conocía de toda la vida... el resto de ese día y de la historia, me la reservo. Pero si debo decir que todos nuestros encuentros fueron espectaculares...
Teníamos un feeling increíble, era todo lo que alguna vez soñé con tener, pero que lamentablemente no se podía... que rabia e impotencia!! porque no lo conocí antes!!, y así estuvimos por un mes y medio en una entretenida relación con mi querido Sr. C. (hasta ahora seguimos hablando pero sólo como amigos). Esa etapa está absolutamente cerrada, después de muchas lágrimas derramadas.


Hubo una segunda experiencia con un cuarentón-cincuentón. Una persona reconocida e importante en el lugar donde vivo, a él lo nombraremos como Sr. N. 
¿Conocen el dicho "el que la sigue la consigue?, esta historia hace honor a ese dicho o como alguien muy cercano dice "donde pongo el ojo, pongo la bala".  
Nuestras conversaciones iniciaron luego de que me agregara a Facebook, mmmmm "esta es la mía" dije yo... así que le pedí con toda la "perso", el número de teléfono para que siguiéramos vía hablando. Chateamos por casi un mes y medio (sólo podíamos chatear porque nos encontrábamos lejos, incluso en distintos continentes). Hasta que yo misma propicié el día para verlo. ¿La excusa?... un regalo que le había traído... ¿El resultado?... un momento en su oficina en la que sentí un tipo de conexión y "cositas" en el estómago. 

Continuamos chateando un par de semanas más, hasta que en uno de los partidos de Chile por la copa américa le dije "cara de palo": ¿juntémonos a ver el partido?... aceptó mi propuesta y quedamos de juntarnos a la salida de mi trabajo, bajo de su edificio. Ahí me estaba esperando, no sabía que hacer ni que decir, yo lo conocía en un plano más bien formal, pero poco a poco esos nervios fueron desapareciendo. Me llevó a un restaurant de parrilladas; lo que menos hicimos fue comer... no sean mal pensados!!!!!... me refería a que no comimos mucho porque preferimos conversar tomando un rico vino (primera vez que tomaba vino, según yo era esqueroso, pero ese día lo encontré bastante rico. Lo estaba pasando divino.

No quería que la noche terminara, así que lo invité a un pub. Nuestros temas eran cada vez más profundos, no sé si porque el alcohol estaba surtiendo efectos. Su mirada era cada vez más intensa (en un momento me dice "¿Te aprovecharás de mí?"... en ese momento, todo lo que había tenido de canchera, con esa pregunta hizo que me cohibiera y por un momento quisiera arrancar (en ciertos momentos, lo veía un poco viejito, sentía realmente que podía haber sido mi papá en un embarazo precoz). 
Las cosas fluyeron, y fluyeron bastante bien, me hice la difícil ya lista en al auto para partir, pero me entró la "curiosidad" por conocer su departamento. Subimos y me encuentro con un depto enooooorme!! muy lindo, charlamos un poco más y... puntos suspensivos....  jajajajaaj. 
Nos dormimos cerca de las 6 am (olvidé poner la alarma porque yo trabajaba al día siguiente a las 10am) valor!!... Desperté asustadísima cuando ya eran casi las 8am. Volé al departamento para enchularme e ir a trabajar.
No les cuento con la caña que anduve todo el día, me sentí así como cuando estaba en la universidad.  Imagínense!!... dos horas de sueño y unas cuantas copas de vino y cerveza para alguien que no toma, sencillamente fue devastador!! 

Los detalles de nuestra historia no los haré públicos (por supuesto), sólo puedo decir que fue uno de los meses más intensos, entretenidos, felices, pero también angustiantes de mi vida... nuestra "relación" se asemejaba a una montaña rusa.. días que lo sentía muy cerca (no sólo físicamente) y otros tan lejano como el sol. Pero sabía que al verlo o escucharlo, me derretiría como un helado... esa facha que se gastaba, la presencia que imponía, ot sea un hombre con terno inteligente... se merece un simplemente guaaaaaaaauuuu, el mayor afrodisíaco. 



Con Sr. N y con el Sr. C tuve la oportunidad de conocer a hombres mayores; con los que me sentí protegida (es una de las cosas más lindas que puedes sentir estando con alguien), buscaban que no me faltara nada (y no me refiero a lo económico porque me mantengo solita), me complacían, me ponían a mi por sobre ellos,  me miraban como si era la mina más rica del mundo, querían una vida más calmada pero no por eso aburrida, muy por el contrario; ellos suelen encontrarte muy divertida y entretenida. Tienes buen sexo, estabilidad económica (no tienen que estar pagando a medias como cuando estabas en la universidad, lo que sí no soy de la idea de que te mantenga y que no te pague todo, ahí es cuando puedes sentir que pierdes libertad, pero eso depende de cada persona). Además, charlas interesantes y extendidas con un rico Vino, al menos yo me sentía como en un cuente de hadas, es difícil de describirlo, pero sentía que no estaba con cualquiera, me sentía así como la primera dama (creo que es la expresión que puede reflejar a como me sentí).
Pero no todo es color de rosas, a veces tienes que lidear con ex esposas o esposas, escuchar hablar de juicios, de los hijos, pero eso no es todo, también hay situaciones incómodas o desagradables como cuando te tienen de psicóloga por el tema de su ex, o porque simplemente la diferencia de edad (en algunos casos), hace que los gustos sean completamente distintos.



Pero así y todo, sólo me queda decir: A mí me gustan mayores, esos que llaman Señores, los que te abren la puerta y te mandan flores… (by Becky G)



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